Todas las esperadas fotos de Pamela David en Playboy están acá.
La revista del conejo finalmente salió a la calle y cumplió con la expectativa que los números anteriores habían generado: o sea, bastante flojo.
Es increíble que teniendo los recursos de Playboy y el talento fotográfico argentino hagan estas producciones que
Siguen evitando el desnudo frontal, como si entre las piernas de las chicas se alojara algún secreto de estado., algo que nunca antes se había visto.
Cualquiera medianamente familizarizado con la fotografía sabe que cuando las cosas no caminan, se recurre al blanco y negro para zafar, y eso es exactamente lo que hizo Playboy, que incluye cantidad de fotos de Pamela David en blanco y negro.
Un verdadero insulto a la belleza de la santiagueña. Es una pena también, porque Pamela se está inflando —su cuerpo está tomando esa forma cilíndrica con el orto en la mitad de la espalda que es típica de una ‘señora’ y no de una ‘vedette’ y menos una ‘modelo’.
No van a haber muchas oportunidades más de retratar para la posteridad la belleza de Pamela David en su punto óptimo.
Pero mas allá de lamentar que no haya mostrado la sonrisa vertical, que bueno es tener estas fotos para coleccionar y disfrutar de una de las argentinas más fuertes.
La evolución de la belleza de la mujer es parecida a la de una flor.
Hay pimpollos —como las nenas menores de edad de la polémica— y otras flores de mina como David que ya empezaron a marchitar lentamente. Pamela lo sabe, y por eso ya hace un año que viene timoneando su carrera mas hacia actriz (actúa en Bañeros 3, una joya del séptimo arte) para no depender del cuerpo que ya se aleja de su punto óptimo.
La metáfora de la flor también sirve para mostrar que un capullo no puede ser apurado, la naturaleza por algo lo muestra cerrado como indicando que no llegó el momento, y de nada vale forzar la cosa tratando de desenrrollar los pétalos (a su vez una analogía con los labios vaginales). Según la astrología, la juventud termina a los 28 años y medio, cuando el planeta Saturno (Cronos para los griegos, capo del timing) completa una vuelta alrededor del sol.
Y la mujer sabe que el poder de que gozó como flor en su apogeo empieza a declinar, ahí es cuando empieza la desesperación por casarse. Biológicamente, la mujer es buena reproductora hasta los 35 años, después se complica, especialmente si es el primer hijo. Claro que todo esto es teoría pura, nacida de la frustración de no tener a Pamela acá peteando, entregando todo.
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